Gramsci y la crisis griega
Para Gramsci, como para Marx, el sistema capitalista no podrá encontrar la estabilidad económica, política o ideológica: está en constante transformación para mantenerse. Ahí reside su fuerza y su debilidad. Su fuerza, ya que no se petrifica, lo que obliga a sus oponentes a estudiar constantemente su funcionamiento con el fin de construir nuevas herramientas para luchar. Su debilidad, ya que sus reconfiguraciones implican crisis inevitables en la vida social, económica, política y / o ideológica. Estas crisis marcan el germen de las "crisis de hegemonía": " el contenido es la crisis de hegemonía de la clase dirigente que ocurre sea porque dicha clase fracasó en alguna gran empresa política para la cual demandó o impuso por la fuerza el consenso de las grandes masas (la guerra por ejemplo) o bien porque vastas masas (especialmente de campesinos y de pequeño burgueses intelectuales) pasaron bruscamente de la pasividad política a una cierta actividad y plantearon reivindicaciones que en su caótico conjunto constituyen una revolución."