Cataluña: ¿Independencia para acabar con la austeridad?

Más de 1 millón de personas celebraron el pasado 11 de Septiembre la Diada en Cataluña. 8 de cada 10 catalanes parecen partidarios de un referéndum, y el 40% de la independencia.[i] Preguntados acerca de los problemas esenciales que existen en Cataluña, sobresalen dos: el paro (62%) y los problemas económicos (44%).[ii] Con más de medio de millón de trabajadores catalanes sin empleo, no son pocos quienes piensan que la independencia podría ser una solución a sus problemas.

 

¿Cataluña oprimida? Más rica y menos social

El gobierno de la Generalitat cifró en algo más de 16.000 millones de € el dinero que sale de las arcas catalanas para el estado español. ¿Reflejo de la opresión colonial?

La realidad probablemente esté mucho más cerca de la mitad: unos 8.200 millones.[iii] En el fondo el argumento que se esconde en la exigencia de la Generalitat, es que las zonas más ricas no deben sufragar el desarrollo de las menos desarrolladas. Porque si bien es cierto que una parte de estas transferencias tienen que ver con el mantenimiento de la policía, el ejército en sus misiones exteriores, el sistema judicial… o el dinero que el estado invierte en los bancos, no es menos cierto que la seguridad social, el mantenimiento de las conquistas de la protección social, también se basan en una parte de transferencias de los más ricos. Algo que intentan desmontar a ritmo acelerado, en Madrid y en Barcelona.

Con la misma intención, pero en sentido inverso, los gobiernos del PSOE y del PP facilitaron las transferencias sanitarias y educativas a cada comunidad. Hoy, las comunidades con más déficit, son las que más recortan en personal sanitario o quienes más interinos despiden. Deshacer por abajo el sistema de cobertura social. Una idea que, bien sea recortando los presupuestos centrales y transfiriendo la carga a las comunidades, bien sea evitando que las regiones más ricas contribuyan más, une a todas las grandes fortunas.

¿Estaremos en el caso catalán, ante una nación oprimida, pobre, frente a una España imperialista que extrae las rentas de su colonia? La renta media por persona en Cataluña es de 10.000 €, en el estado español de  9.446 €.[iv] Los ricos catalanes (directores, gerentes…) ganan 6 veces más: 59.138 € anuales, y ganan 9.000 € más que sus correligionarios en Madrid, Albacete o Canarias. Entre las mayores 35 empresas que cotizan en el IBEX, 5 tienen tienen su sede en Cataluña: Grifols, Abertis, Gas Natural, Sabadell y Caixabank.[v]  La burguesía catalana no tiene una situación de dependencia respecto a la “de la metrópoli”. Los trabajadores catalanes no tienen peor posición que los del resto de la península. Desde el punto de vista económico parece que la única opresión existente es la que los inversores y grandes empresarios calanes y madrileños realizan sobre sus empleados diariamente.   

Cataluña es una región rica: su PIB per cápita es el 110% de la media del de la UE-15. Y un 114%, si asignamos a España en global la cifra de 100. Andalucía estaría en el 77% del PIB nacional.[vi] ¿Y qué se hace el reparto de la riqueza en Cataluña? Vicente Navarro da cifras elocuentes: “el gasto público social por habitante, que cubre las transferencias y servicios públicos del Estado como sanidad, educación, servicios de ayuda a las personas con dependencia, guarderías, vivienda social y otros, es el más bajo de la Unión Europea del 15, junto con España, y es sólo el 74% del promedio de la Unión Europea de los 15.”

En una de las regiones más ricas de Europa el salario mínimo es uno de los más bajos de la UE-15. En realidad Cataluña gasta un 12% menos de su PIB menos que la media europea en políticas sociales. Es 3 veces más que la cacareada transferencia de Cataluña a Madrid.[vii]La verdadera transferencia, no es la que Madrid expolia a Barcelona, es la que los ricos, en ambas capitales, expolian a sus trabajadores y a las políticas sociales. [viii]

¿Pero esto no está cambiando con el gobierno de ERC, que hace “girar a la izquierda a CIU”? ¿No se quejaban los banqueros catalanes de los impuestos que están aprobando en los presupuestos para 2014? En realidad el aumento del tramo de IRPF a las rentas más altas no es capaz de igualar la amplitud de los recortes. Los ricos en Cataluña siguen teniendo una baja carga impositiva.[ix] Y en 2014 el nivel de gasto social por habitante se situará en niveles de 2004, si tenemos en cuenta el aumento de los precios de la vida.[x]En realidad, la izquierda nacionalista supedita la lucha por solucionar las necesitares sociales, inaplazables, de los parados, pensionistas, enfermos… a la independencia. Nuevamente una parte de la izquierda “aplaza” la lucha social “para más adelante”. Cuando nunca antes, como desde 2008, fue tan necesaria.

La gran patronal: mejorar el negocio al exterior

Aunque muchos trabajadores catalanes puedan encontrar en la independencia, o en la opresión nacional, una respuesta a las difíciles situaciones que viven, el nacionalismo tiene su origen en otros centros. No en vano el gobierno de Artur Más, intenta ganarse a la patronal a su campo.

De las 3 patronales catalanas, las de la pequeña y mediana empresa CECOT y PIME apoyan el proyecto de creación de estado propio. Aquella patronal que vende sobre todo al interior, aspira a hacerse con mayor cuota de mercado. La grande, organizada en parte en Fomento, con gran volumen de beneficios proveniente de inversiones fuera de Cataluña, duda: "En Fomento, no hay ninguna oposición a la consulta; los suizos hacen consultas tres veces al año y nadie dice que no sean demócratas; pero lo que tenemos que conocer es el contenido y la dirección de la consulta".[xi]

En diciembre de 2012, Artur Más exponía su proyecto político para ganarse el apoyo de la gran patronal. Una Cataluña independiente: “Cuando miro el Estado propio, veo un país con menos presión fiscal y más eficacia en la lucha contra el fraude”, el Estado propio Cataluña podría “crear una estructura jurídica mucho más ágil y moderna, sin tantas rémoras del pasado”.[xii] Es decir: menos impuestos a las grandes fortunas y empresas, menos estado. Más liberalismo. La misma receta que nos ha metido en la crisis.

Y es que la clase empresarial catalana, bascula en sus intenciones. Salvador Alemany, el presidente de Abertis, muestra la tendencia de la gran patronal: hacer negocios en un clima tranquilo: “Los empresarios prefieren operar en un contexto de certeza”, “el consenso siempre es mejor que el conflicto”. Y es que Abertis es una de las mayores compañías europeas de carreteras y aeropuertos: una potencial salida de la UE no está en su interés.

Es la misma incertidumbre que muestran los grandes inversores extranjeros, como los que quienes promover un macro complejo de juegos por una cifra de 4.8 billones de € (Barcelona World), que buscaron asegurarse que cualquier proyecto catalán quedase dentro del proyecto de la UE. [xiii]

Las pequeñas y medianas empresas: aumentar su mercado al interior

Otra parte de los ejecutivos catalanes optan abiertamente por la independencia. La agrupación FemCAT, que agrupa a 100 grandes empresarios, acordaba en 2004, en su manifiesto fundador que era hora de que Cataluña “tomase su sitio en el mundo y en la escala europea”.[xiv]

Antoni Abad i Pous, presidente de CECOT, una asociación que representa a 8.000 empresarios calanes, afirmaba que “el 97% de nuestros miembros piensan que nuestra actual relación con España necesita cambiar, aunque eso no significa necesariamente independencia.” En 2012, una encuesta entre sus afiliados mostró que un 53% optaba por la creación de un estado propio.

El presidente de Pimec, Josep González, formada fundamentalmente por pequeñas y medianas empresas, apoya el proyecto de creación de estado: “Nosotros llegamos a un punto en qué vimos que la única solución es que los recursos que generamos se queden aquí. El expolio fiscal es el motivo para llegar hasta aquí. La causa principal del cierre de empresas en Catalunya es la falta de financiación.”[xv]

 

El marxismo y la cuestión nacional en Europa

La primera frontera precisa se traza en 1643,  en un mapa que define las fronteras entre el país vasco español y francés de la época. “La idea de frontera como la conocemos se comienza a aplicar en el siglo XVII, en particular en ocasión de los tratados de Westfalia, en 1648”.'[xvi]

El surgimiento pues de los estados nación tal y como los conocemos hoy en la “vieja Europa” es fruto de la lucha ascendente de la burguesía.

Marx y Engels describen quien dirige el proceso: “La burguesía suprime cada vez más el fraccionamiento de los medios de producción, de la propiedad y de la población. Ha aglomerado la población, centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en manos de unos pocos. La consecuencia obligada de ello ha sido la centralización política. Las provincias independientes, ligadas entre si casi únicamente por lazos federales, con intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras diferentes, han sido consolidadas en una sola nación, bajo un solo Gobierno, una sola ley, un solo interés nacional de clase y una sola línea aduanera.”[xvii]

Así pues para crear un mercado único sobre el cual  enriquecerse, la burguesía necesita ciertos elementos. El estado suprime las trabas al comercio interior (los impuestos feudales de la época), dicta las tarifas aduaneras con el exterior (para proteger su naciente industria), crea una moneda para el establecimiento del precio de las mercancías (distinto en cada país), desarrolla infraestructuras para favorecer la circulación de mercancías… En definitiva utiliza el estado para proteger el mercado nacional en favor de “su” burguesía.

Marx y Engels parten de un punto de vista internacionalista: “Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen.” Pero, prosiguen “por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el Poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués. El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden.”[xviii]

En su época, en la que la mitad de Europa estaba constituida por el imperio Austrohúngaro (Europa central), otomano (en los Balcanes) y ruso (hasta Polonia y Finlandia), Marx y Engels no apoyan por igual todos los movimientos nacionales. “En esta época, de hecho, no hay más que dos potencias en el continente Europeo: Rusia con su absolutismo, la revolución con la democracia”.[xix] Eso les lleva a apoyar las reivindicaciones nacionales de Alemania, Polonia, Hungría, Italia e Irlanda. Porque se encaminaban en un sentido democrático revolucionario, y por el contrario, a no dar su apoyo a los checos, serbios, croatas… porque eran utilizados por Rusia a través de su comunidad eslava para reforzar la potencia de la autocracia feudal.[xx]

Lenin, a inicios del siglo XX, recoge la aspiración del movimiento comunista a reivindicar el derecho de las naciones a la autodeterminación – la construcción de un estado-: "El socialismo es imposible sin democracia en las siguientes dos maneras: 1. El proletariado no puede llevar a cabo la revolución socialista si no preparó la lucha por la democracia 2. El socialismo victorioso no puede mantener su victoria y llevar a la humanidad a la extinción del Estado, sin lograr plenamente la democracia. '[xxi] Y ponía como ejemplo la separación entre Suecia y Noruega, en 1901, en la que una inmensa mayoría de los noruegos votó por la separación: “La estrecha unión de los obreros noruegos y suecos y su plena solidaridad de camaradas de clase ganaban, al reconocer de este modo los obreros suecos el derecho de los noruegos a la separación.[xxii]

Pero, al igual que Marx, Lenin entiende que todo debe partir de analizar la situación concreta, y nunca perder de vista si facilita o dificulta el objetivo final: “Las distintas reivindicaciones de la democracia, incluyendo la de la autodeterminación, no son algo absoluto, sino una partícula de todo el movimiento democrático (hoy socialista) mundial. Puede suceder que, en un caso dado, una partícula se halle en contradicción con el todo; entonces hay que desecharla. Es posible que en un país, el movimiento republicano no sea más que un instrumento de las intrigas clericales o financiero-monárquicas de otros países; entonces, nosotros no deberemos apoyar ese movimiento concreto. Pero sería ridículo excluir por ese motivo del programa de la socialdemocracia internacional la consigna de la república.’[xxiii]

En la época de Lenin, la característica principal “consiste en que el mundo entero está dividido en una gran cantidad de naciones oprimidas y un insignificante número de naciones opresoras, que poseen riquezas colosales y fuerzas armadas potentes”.

Las tareas eran diferentes en los distintos países. En los dependientes “el movimiento nacional solo puede ser democrático-burgués, porque la inmensa mayoría de la población en estos países atrasados son campesinos, que representan relaciones burgués-capitalistas”. “Debemos apoyar los movimientos de liberación burgueses cuando son genuinamente revolucionarios, cuando sus exponentes no esconden nuestro trabajo educando y organizando en un espíritu revolucionario al campesinado y las masas explotadas.”[xxiv]

La tarea en los países avanzados, era la revolución socialista: “sólo en dichos países es posible “hacer saltar” ahora mismo la comunidad nacional e implantar la comunidad de clase.”

Lenin describe 3 tipos de países en los que era preciso abordar de distinta manera el derecho a la autodeterminación, en función de las tareas inmediatas a cumplir. El primer tipo son “los países avanzados del Oeste de Europa (y de América), en los que el movimiento nacional es lo pasado. Segundo tipo: el Este de Europa, donde dicho movimiento es lo presente. Tercer tipo: las semicolonias y colonias, en la que es -en grado considerable- lo futuro”.

Según el criterio de Lenin los 12 países de Europa occidental eran: “los países capitalistas más adelantados y más desarrollados económica y políticamente. Su nivel cultural es también el más alto. Desde el punto de vista nacional, la mayoría de estos Estados cuenta con una población homogénea o casi homogénea. La desigualdad nacional, como fenómeno político especial, desempeña un papel totalmente insignificante.”[xxv]  “En esos países avanzados (Inglaterra, Francia, Alemania, etc.), el problema nacional está resuelto desde hace mucho, la comunidad nacional ha vivido su época hace mucho, y objetivamente no hay “tareas nacionales generales”.

Para Lenin, en los países económicamente avanzados, imperialistas, la tarea nacional había sido desarrollada en su práctica totalidad. “De los países capitalistas avanzados, ante todo, de Alemania, Francia e Inglaterra, (…) que hasta ahora habían llevado adelante a la humanidad, especialmente entre 1789 y 1871, ha terminado el proceso de formación de Estados nacionales; en estos países, el movimiento nacional es un pasado irrevocable y resucitarlo constituiría la más absurda utopía reaccionaria”.[xxvi]

Casi 60 millones de personas murieron en la primera Guerra Mudial. Muchos trabajadores sucumbieron en el periodo prebélico a sus respectivos gobiernos en la retórica chovinista que imperaba en todas las capitales europeas. Algo que Lenin critica implacablemente: "El nacionalismo militante de la burguesía, que embrutece, engaña y divide a los obreros para hacerles ir a remolque de los burgueses, es el hecho fundamental de nuestra época."

 

Cataluña: una nación histórica.

El historiador Pierre Villar sitúa el surgimiento del movimiento nacional en Cataluña en el siglo XIX. Es la época del comercio, del surgimiento de la burguesía. “Del regionalismo intelectual pasa al autonomismo (1892: Bases de Manresa). Después de 1898, habla de «nacionalidad». En 1906, una Solidaridad Catalana obtiene, por encima de los partidos, un gran triunfo electoral. Hacia la misma fecha se sitúa otro cambio: el primer partido catalán, la Lliga Regionalista, que reunía sobre todo a elementos moderados (eruditos acomodados, «fuerzas vivas» industriales, campesinos y tenderos católicos).”

Es igualmente, en el siglo XIX, cuando el idioma catalán, surge con más fuerza: “La lengua catalana recobró dignidad literaria entre 1833 y 1850, con la Oda a la Patria, de Aribau, las poesías de Rubió y Ors y los Juegos Florales. Los trabajos históricos de los Bofarull, Milá y Fontanals y Balaguer pusieron de moda el pasado catalán. Surgieron grandes poetas, como Verdaguer, y más tarde Maragall.”.

Pero, se pregunta el historiador: “Lo esencial es saber por qué esta corriente “intelectual (…) pudo encontrar a su servicio un teatro, una prensa, unas asociaciones, y por último, influir a todo un pueblo, en lugar de quedarse en una obra de capillas y de almanaque.”

¿Por qué el movimiento adquirió consistencia nacional en Cataluña y no en Aragón o en Asturias? Porque en Cataluña, a diferencia del resto de España, existía “una burguesía activa y toda suerte de capas medias acomodadas, que cultivan el trabajo, el ahorro y el esfuerzo individuales, interesadas por el proteccionismo, la libertad política y la extensión del poder de compra. En España dominan los viejos modos de vida: el campesino cultiva para vivir y no para vender; el propietario no busca acumular ni invertir; el hidalgo, para no desmerecer, busca refugio en el ejército o en la iglesia, y el burgués madrileño, en la política o en la administración; los conservadores condenan la libertad política, y los liberales, el proteccionismo. Dos estructuras, dos psicologías.”[xxvii]

Sobre esa base económica propia, se desarrolla – y promueve- el uso del idioma, de la cultura, de la psicología, que son propias y distintas. Y es sobre esa base, que el PCE y el PSUC, elaboran su línea política: reconocimiento del derecho a la autodeterminación, supeditación a la causa del progreso social. El periodo iniciado en 1789 con la revolución francesa y las sucesivas oleadas revolucionarias de 1848 en Europa, había llegado con casi un siglo de retraso a España. El progreso social, en esa época, implicaba realizar todavía tareas de la revolución democrático-burguesa: combate al latifundismo, establecimiento de un sistema educativo, de transportes, industrialización… 

Joan Comorera, fundador del PSUC –muerto en las cárceles franquistas-, resumía la actitud frente a la cuestión nacional a mediados de los años 30: “«Cataluña es una nación. Pero Cataluña no puedeaislarse. La tesis de que Cataluña puede resolver su problema nacional como un caso particular, desentendiéndose y hasta en oposición al problema general del imperialismo y de la lucha del proletariado, es reaccionaria. Por este camino se va a la exageración negativa de las peculiaridades nacionales, a un nacionalismo local obtuso. ¡Por este camino no se va hacia la liberación social y nacional, sino a una mayor opresión y vejación!”[xxviii]

 

La UE: la economía cada vez más internacionalizada

Las naciones se forman en un periodo histórico determinado, en el de la burguesía ascendiente como clase, que los necesita para asegurar un mercado sobre el que dominar. En el Manifiesto comunista, Marx y Engels exponen como el propio desarrollo va disminuyendo las contradicciones nacionales: “El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden.”

Hoy, la UE supone un mercado de cerca de 500 millones de personas. Las aduanas han desaparecido al interior, hay una moneda única, tarifas arancelarias únicas… Los estados nación persisten, pero más del 70% de la legislación se decide a nivel europeo. Este proceso no ha sido impuesto por Alemania o Francia. Las clases dirigentes en todos los países europeos han optado voluntariamente por la integración. Los partidos socialdemócratas y liberales (PP/PSOE en España) apoyan las políticas de austeridad o la prioridad al pago de la deuda, las privatizaciones y la transferencia de competencias hacia la UE.

En 2011 la economía catalana vendía más al extranjero (53%) que al resto de España (47%). Esta proporción ha ido evolucionado desde 1995, cuando la relación era inversa: del 36% frente al 64%.[xxix]Y en sus inversiones, aplican el mismo criterio que el resto de empresas: el beneficio es lo primero. Aguas de Barcelona, propiedad parcial de La Caixa y la multinacional francesa Suez participa en la privatización del servicio de agua en los países del tercer mundo, con dramáticas consecuencias en los precios y el acceso de las poblaciones a tan preciado bien.[xxx]

La internacionalización de la economía es un hecho. Y Cataluña depende, en su vida económica, de Europa. El 81,4% de las exportaciones catalanas se dirigen a Europa y el 70% de las importaciones proceden de Europa.[xxxi]En 2012 la inversión extranjera en Cataluña provenía en un 84% de los 27 países de la UE. Y las inversiones directas originadas en Cataluña al extranjero se dirigían en un 72% al área de la UE-27.[xxxii]

Cataluña y España son, a principios del siglo XXI, más homogéneas en su base económica, en su población. Ambas son cada vez más dependientes del mercado europeo. Algo que probablemente, aunque la UE desaparezca en su forma actual, no variará. La historia económica de los últimos 50 años disminuye las diferencias nacionales entre ambas, no las aumenta.

Pero sobre una base económica común (el dominio de las grandes empresas), el desarrollo es desigual: las naciones del sur europeo se desindustrializan. Y dentro de estos países algunas regiones se desindustrializan menos. En Euskadi y Cataluña, el peso de la industria en el PIB es mayor que en el resto del estado.[xxxiii]Y con la crisis, estas contradicciones se intentan resolver con la misma lógica que funciona en el mercado: egoistamente, a costa del vecino.

Alemania marca la política: salvarse a costa del vecino. Exportar más que otras naciones/regiones. Aumentar tu mercado, a costa del vecino. No es pues de extrañar, que los salarios bajen a ritmo acelerado en Cataluña y en España. Que el gasto social baje en los dos sitios. Que todas las burguesías hagan recaer la crisis sobre los empleados.

Es la política, que a escala menor, siguen Flandes en Bélgica, el norte de Italia o Cataluña: regiones ricas, que pretenden deshacerse de cargas “sociales” más rápido que los estados a los que pertenecen. Regiones ricas, que pretenden atraer inversiones, basadas en su mayor presencia industrial, de vías de comunicación… Sobre esa base se desarrollan los movimientos nacionalistas (NVA en Bélgica, Liga Norte en Italia, CIU en Cataluña).

 

El derecho a la autodeterminación y lo social

Hoy Cataluña ha logrado avanzar en el reconocimiento de la lengua, la cultura y la gestión propia de los recursos. La opresión cultural, que llegó a prohibir el uso del catalán durante el franquismo, ha pasado a segundo plano. Y aunque es evidente que el nacionalismo españolista sigue existiendo, no tiene las mismas dimensiones que antaño.

¿Y la base económica? La tendencia a ampliar el mercado europeo para construir multinacionales fuertes, la creciente internacionalización de la economía… disminuyen los elementos de construcción nacional al interior de los países occidentales europeos. Cataluña es económicamente dependiente de las exportaciones (81%) e importaciones (70%) con la UE.

El derecho a la autodeterminación debe poder ser decidido por los catalanes. Y resuelto mediante el sufragio universal. Pero una Cataluña independiente sólo lo sería formalmente. Económicamente seguiría siendo dependiente de la UE. Y debería seguir aplicando sus políticas: con una deuda pública equivalente al 26% de su PIB, la austeridad seguirá siendo la marca de la casa por mucho tiempo, independiente o no.

El referéndum es dirigido por la élite económica catalana y no tiene como objetivo resolver un problema democrático, que por otra parte niega en la cuestión social, pretende fortalecer su cuota de mercado en la UE, desgravar a las grandes fortunas más que sus vecinos para favorecer la implantación de empresas en su territorio. Supone acelerar el fin de la caja de la seguridad social, en la que aquellos que más tienen contribuyen más.

Reconocer el derecho democrático a decidir no puede separarse de ver qué fuerzas están en liza, quién dirige el proceso, y de no olvidar el objetivo principal: la cuestión social. Si el principal objetivo a corto plazo es la independencia, el objetivo social pasa, necesariamente, a un escalón menor. Y si no ¿por qué no preguntar si se quieren recortes en los presupuestos sanitarios? ¿Por qué no un referéndum sobre los impuestos que pagan Caixa Cataluña o Telefónica?

La misma Generalitat que impone el copago o cierra hospitales, encuentra un balón de oxígeno con el apoyo a su propuesta independentista entre un sector de la izquierda. ¿No sería mejor un gobierno catalán inestable, privado de apoyos, para dificultar sus políticas?

 

¿Por qué no un referéndum sobre la austeridad o las grandes fortunas?

Quienes sufren los cierres patronales y la austeridad en sus carnes, en Madrid y Tarragona no pueden más que salir perdiendo con una deriva nacionalista. Porque en la misma medida que se desarrolla el chovinismo en las calles de Cataluña, lo hace en el resto de España en sentido contrario.

Bajar los impuestos a los ricos no atrae inversiones ni crea empleo. Esa política se lleva haciendo 20 años, en Madrid y en Barcelona, y ha sembrado la mayor crisis desde 1929. Desregular los mercados no favorece el desarrollo, promueve burbujas como la inmobiliaria.

Hoy es más necesario que nunca unir en base a lo común a los trabajadores: altos impuestos a las rentas y capitales, nacionalizaciones de las empresas que deslocalizan, creación de empleo público, impago de la deuda contraída para pagar a los bancos, participación de los empleados y la sociedad en las decisiones de las empresas, de los bancos…Hoy más que nunca es necesaria la solidaridad, en que las regiones más ricas, los contribuyentes más ricos, paguen más. Lo contrario a la tendencia nacionalista burguesa del sálvese quien pueda: el que más tenga.

Una línea que, seguro enfrentará a la UE y a las grandes fortunas, a imagen y semejanza de la Francia absolutista que envió en 1883 a “Los Cien Mil Hijos de San luis” para combatir al gobierno liberal. Para enfrentar la reacción del capital europeo, para construir un área viable económicamente, se necesitarán todas las fuerzas posibles. Pensar que Cataluña puede romper con la Europa del capital, -aparte que no está en discusión- es una utopía.

Las 260.000 personas asistidas por la caridad en la provincia de Barcelona, el medio millón de parados catalanes, necesitan soluciones. El nacionalismo implica no enfrentar estos problemas, los desplaza para más adelante (cuando seamos independientes), a costa del resto (regiones más ricas que “cargan” con los “impuestos de madrid”), y hace pasar por amigos a los enemigos (como al Conseyer de Sanidad que afirmaba “que la salud es un bien privado que depende de uno, no del estado”).

Respetar el derecho de los catalanes a decidir su futuro es una cuestión democrática. Pero ignorar que estamos ante una cortina de humo lanzada por la élite económica catalana, un engaño. Si se quiere una soberanía plena, se tiene que logar una soberanía de los mercados financieros. Socializar las grandes empresas. Planificar la economía. Y eso no lo va a lograr una Cataluña independiente sin los trabajadores del resto de la península. Eso requerirá la lucha conjunta de los trabajadores de España y Cataluña -con la solidaridad de portugueses, griegos…y franceses-.

Alejo Mancebo

Asociación Cultural Jaime Lago

Diciembre 2013

Notas:


[xii]El Pais, 26-10-2012

[xiii]NYT, 17/10/2013

[xvi]http://marx.be/fr/content/études-marxistes?action=get_doc&id=45&doc_id=128

[xvii]Manifiesto del Partido Comunista. Pág 39.

[xviii]ibid

[xix]Engels, en un artículos del New York Daily Tribune, 12 abril 1853

[xx]http://marx.be/fr/content/études-marxistes?action=get_doc&id=45&doc_id=128

[xxiii]Lenin, Balance de la discusión sobre la autodeterminación.http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas06-12.pdf

[xxv]El socialismo y el derecho de las naciones a la autodeterminación http://www.nacionandaluza.info/biblioteca%20internacional/lenin-la-revol...

[xxvi]Sobre la caricatura del marxismo y el “economismo imperialista”.http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas06-12.pdf