El sector energético no se preocupa por los problemas climáticos

Tom De Meester, especialista en temas energéticos, calificó de "cínica" la actitud del sector de la energía con el problema del calentamiento global. " Las emisiones de CO2 tienen un impacto sobre los precios, que sencillamente facturan a cargo del consumidor."

Nick Dobbelaere

 

Si creemos a los productores de energía, no hay nadie tan preocupado como ellos por el medio ambiente y el clima. Sus anuncios y sus sitios web están llenos de opciones verdes, verdes prados y las turbinas eólicas. Tom De Meester, especialista en temas energéticos del PTB, lucha desde hace años contra estas empresas que no sólo inflan artificialmente nuestras facturas, si no que también lanzan a la atmósfera cantidades astronómicas de la de CO2.

 

¿Sobre este último punto, se debería cambiar la opinión?

Las compañías de energía en Europa son responsables de aproximadamente el 35% de las emisiones de CO2. De este modo, ocupan el primer lugar de los mayores contaminantes. Para que te hagas una idea, los hogares sólo representan el 11% de las emisiones. Los productores de energía podrá proponer fórmulas de "verdes", pero detrás de todo esto, sólo buscan de promover su imagen. Esta semana, por ejemplo, Essent anunciaba, en el periódico De Morgen, un libro sobre el clima. Essent pertenece a RWE, una multinacional de las más contaminantes del sector energético. Actualmente, Essent construye en Holanda una nueva central eléctrica cerca del mar de Wadden, protegido por la UNESCO.

 

Estos días podemos leer que se están construyendo en Europa sesenta nuevas centrales eléctricas de carbón.

En efecto. Por ahora, el número de nuevas plantas ya construidas asciende a dieciséis. Al principio, se preveían más de 60, pero algunos proyectos han sido abandonados bajo la presión de la opinión pública.Si finalmente se construyen las 60 plantas

Representarán 400 millones de toneladas de emisiones adicionales de CO2 por año! Es la emisión de 200 millones de automóviles. Como consumidores, podemos optar por dejar el coche en el garaje, pero no tomamos parte en la decisión de construir nuevas centrales eléctricas. La toman un puñado de accionistas preocupados por las ganancias.

 

Con estas 60 nuevas plantas, ¿Se podrán alcanzar los objetivos de Kioto en 2020, es decir, la reducción del 20% en las emisiones de CO2 en comparación con 1990?

Parece muy difícil. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC), somos técnicamente capaces de reducir las emisiones un 30% en el sector energético en 2020-2030. Sin embargo, las previsiones indican que, si seguimos como ahora, las emisiones aumentarán un 30%. Nos estamos acercando a gran velocidad contra un muro y el problema es que no estamos conduciendo. Son los directivos de las grandes empresas quienes dirigen, quienes toman las decisiones sobre la inversión, y es un verdadero problema.

 

La pregunta que surge, como la situación actual nos lleva derecho al abismo, es si se puede dejar la producción de energía en manos privadas.

Esta es la esencia del debate que debemos llevar a cabo, de lo contrario no podemos detener el calentamiento global o la miseria social creada por las multinacionales. Hay que saber que en Bélgica, más de 100 000 personas fueron dadas de baja de sus proveedores, ya que no podían pagar sus facturas de energía ...

La única alternativa es que la sociedad tome en sus manos el sector de la energía y defina las prioridades. El año pasado, el sector de las principales multinacionales de la energía han dado unas ganancias a sus accionistas de  18 mil millones de euros. ¿Es esta una prioridad? ¿O debemos invertir en la producción de energía sostenible? La semana pasada leí en la prensa que eran necesarios 21 millones de euros para compensar el cierre de las centrales nucleares. Ahora bien, si calculamos los beneficios que se embolsará Electrabel –la principal empresa energética belga- gracias al sector nuclear (incluso con aunque se abandone sector), sumarán 15,8 mil millones de euros desde ahora hasta el 2025. ¿Se limitarán a pagar este dinero a los accionistas de GDF Suez, o tendremos que reclamar que se invierta en nuevas plantas de energía duraderas, y en aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos?

Este es el tipo de decisiones que nuestra sociedad deberá tomar, pero no va a funcionar si son las multinacionales privadas y sus amigos políticos quienes tienen la última palabra.

    

¿La energía nuclear puede contribuir a reducir las emisiones de CO2?

Las centrales nucleares efectivamente emiten menos CO2 a la atmósfera, pero generan el problema de los residuos nucleares y el de la seguridad. Después de Fukushima, no podemos construir nuevas centrales nucleares. Además, las nuevas plantas son muy caras. Las plantas europeas de energía nuclear están llegado a la edad de jubilación poco a poco y ya han sido amortizadas. Por esa razón, pueden dar enormes ganancias. Pero la construcción de nuevas plantas es increíblemente caro.

De acuerdo a la calificación de la agencia Moody´s, la construcción de una nueva central nuclear costará 5 mil millones de euros. Esun 20% más caro que usar la energía eólica, sin incluir el costo del tratamiento de los residuos nucleares y el riesgo que supone para la seguridad, que es tan grande que ninguna aseguradora quiere hacerse cargo. Sólo gracias a las subvenciones se pueden construir nuevas plantas, y es entonces cuando comunidad asume los riesgos.

 

¿Pero la energía nuclear no es necesaria para la provisión de las necesidades de electricidad?

Un nuevo estudio del GIECC sobre la Energía Sostenible dice que es posible producir nuestra energía de manera sostenible sin centrales nucleares. El potencial de la energía solar es por lo menos tres veces superior a la producción actual de energía. Por su parte, el potencial de la energía eólica, es de un 140% del consumo mundial actual. Sólo con las turbinas de viento se podrían satisfacer las necesidades actuales de electricidad, ¡E incluso más!

 

Para pasar a una producción con energía limpia, debemos invertir. ¿Tenemos ahora los medios?

Los medios están ahí, pero no se invierten con criterio. Las compañías de energía están sentadas sobre montones de dinero, pero no invierten este dinero en energía verde. Para poder tener energía verde, nosotros - la sociedad – debemos subsidiarles. ¡Es el mundo al revés! Las emisiones de CO2 tienen un precio, que sencillamente facturan a cargo del consumidor! Además no existe un solo incentivo para una gestión estructural del clima.