Más Partido en los centros de trabajo. Segunda parte: el caso Belga

 
¿Qué ha permitido resistir o progresar a los Partidos Comunistas en Europa? Esencialmente, la implantación entre la clase trabajadora. En una primera serie de artículos, recogíamos reflexiones del Partido Comunista Portugues sobre algunas claves de su trabajo político, la relacción partido y sindicatos,  y la importancia de los Comités de Trabajadores. En la segunda parte de esta serie, recogemos un extracto de los documentos del último congreso del Partido del Trabajo de Bélgica (descargarlos), donde reflexionan sobre importancia del trabajo político en la clase trabajadora, y su relacción con la lucha cultural por una nueva sociedad. Esperamos que sea de utilidad.
 
 
  • 1.      LA ESTRATEGIA DEL CAMBIO
    • 1.1.Partido de la clase trabajadora
    • 1.2.Partido de encuentro progresista
    • 1.3.La lucha cultural en sentido amplio
    • 1.4.La lucha social y los representantes del pueblo

 

1.1.        Partido de la clase trabajadora

(1)   Hacia todos los trabajadores

El PTB es, en primer lugar, el partido de la clase trabajadora, que es la única fuerza fundamental en la lucha social por las reformas y el cambio de sociedad. La clase trabajadora (o clase obrera en sentido amplio), es el conjunto de la población que trabaja por un salario. Se compone de diferentes capas (véase el anexo: La estructura social de la sociedad belga).

Por razones estratégicas, nos concentramos en primer lugar en las grandes cadenas de producción industrial y en los sectores clave de la economía. La producción es la base de la sociedad. Los empleados de la industria manufacturera[i] forman el corazón de la amplia clase de los trabajadores. Por un lado los grandes sectores productivos son los principales bastiones de experiencia y de lucha. Por otro tienen una importancia económica clave. Ahí, en el corazón de la economía, queremos estar activos. Nuestra historia social nos enseña que con frecuencia en las grandes líneas de producción industrial y en los sectores clave, el movimiento obrero está más avanzado a nivel de organización y de lucha. Ahí es donde trabaja la mayor parte de la gente. Es allí donde más forma, organiza y disciplina la producción. Ahí se concentran enormes conocimientos de las más modernas técnicas de producción y de planificación. En muchas ocasiones perviven tradiciones de lucha. Por todas estas razones, el movimiento obrero de las grandes líneas de producción y de los sectores clave suele estar en mejor disposición para liderar a los otros estratos de la clase trabajadora en la lucha emancipadora por una sociedad sin explotación. Algo que se pudo observar claramente durante las movilizaciones de la huelga general a finales de 2014.

Por líneas de producción industriales nos referimos a la empresa matriz y a los proveedores, a las subcontratas y las empresas de trabajo temporal y precario que dependen de ella. Alrededor de las grandes empresas han surgido decenas de subcontratas, de empresas de trabajo temporal y de pequeñas empresas pseudo-independientes. El trabajo de las grandes empresas, con su cadena de proveedores y subcontratistas, genera condiciones salariales y laborales diferentes dentro de la misma cadena de producción. Lo hemos podido comprobar, por ejemplo, en las subcontratas de la fábrica de Ford en Gante. Allí se juntaba una amplia gama de convenios y de modalidades de contratos, en los que aumenta cada vez más la proporción de nuevas capas de trabajadores (trabajadores temporales, trabajadores a domicilio y falsos autónomos). A menudo trabajando en pequeñas empresas en las que no hay presencia sindical, lo que hace todavía más complicada la situación. Pero al mismo tiempo, este desarrollo hace muy inestables a las empresas matrices, porque en tiempos de malestar social o de huelgas en en las subcontratas, se frena la entrega de las mercancías. Por sectores clave nos referimos tanto a la producción de energía como a la gestión del agua, el transporte y el almacenamiento.

Para permitir que la clase trabajadora desempeñe su papel de vanguardia en la lucha por la emancipación, es necesario que el partido siga creciendo, antes que nada en las grandes cadenas de producción industrial y en los sectores clave.

En segundo lugar, queremos desarrollar un trabajo político entre todas las capas de la población trabajadora, es decir, entre el medio millón de empleados en el sector servicios (a menudo vinculado a la industria), el medio millón activo en el sector de la salud y la asistencia a las personas, entre los 400.000 empleados en la educación, el millón de funcionarios públicos, los empleados del comercio y el medio millón de desempleados. Este es una gama de colores muy variada. Así que debemos diversificar nuestra acción y nuestro discurso. También queremos prestar especial atención a los jóvenes, las mujeres y los trabajadores de origen inmigrante. Son los tres grupos más afectados por la crisis y a menudo viven situaciones de doble opresión.

 

(2)   Sólidos grupos de base

El lugar de organización más importante en el mundo laboral es el centro de trabajo. Organizar a las obreras y los obreros en un grupo de base de empresa no es una tarea fácil. El ritmo de trabajo es cada vez mayor: se hace más con menos gente. La seguridad en el trabajo disminuye: trabajo precario, mayor rotación entre el personal, represión patronal... Pero junto a esto, también hay una gran cantidad de contactos sociales, de cooperación, de compañerismo y de solidaridad. Nuestra prioridad sigue siendo conseguir grupos de base fuertes en los lugares de trabajo.

El lugar de trabajo no es el único lugar para organizarse. La historia social belga cuenta con una amplia gama de organizaciones de trabajadores. Como las asociaciones locales ligadas al barrio donde socializan decenas de miles de trabajadores y de jóvenes. Como los clubes deportivos, grupos de teatro, bandas de música (fanfarrias), organizaciones culturales, cooperativas, clubes deportivos, movimientos juveniles, organizaciones de mujeres y otras organizaciones fundadas por el movimiento obrero.

Estas diversas organizaciones culturales de la clase trabajadora son un de una importancia clave en la lucha por la emancipación. Para hacer crecer al partido se necesitan muchas iniciativas, novedosas y originales, en el conjunto de los trabajadores. Cada sección puede reflexionar y esbozar propuestas creativas de actividades accesibles como rutas, recorridos culturales por la ciudad, visita a exposiciones, noches de cine...

 

(3)   Progreso gradual

En los últimos años hemos avanzado en la creación de secciones fuertes. El número de secciones en el mundo laboral se ha incrementado en un 150% en los últimos cinco años. El número total de miembros del partido en las empresas aumentó en un 75%.

Este progreso se materializó en todas las provincias. Hemos progresado más allí donde hemos invertido más energías para dirigir mejor el trabajo entre la clase obrera. En otras provincias el progreso es menos claro. A veces debido a la desaparición de empresas clave (Ford en Limburgo y ArcelorMittal en Lieja).

Pero no sólo hemos avanzado numéricamente. También ha mejorado la calidad del trabajo de nuestras secciones de empresa. Durante la campaña electoral de 2014 rellenamos más de 5 000 cuestionarios en las empresas. En casi todos los grupos, los miembros llevaron a cabo un gran trabajo con las encuestas electorales y los votos. Se llevaron a cabo discusiones políticas con los compañeros de trabajo. Todo esto influyó en los resultados electorales. Durante la lucha social contra el gobierno de derechas nuestras secciones de empresa informaron a sus compañeros de las medidas antisociales.

El progreso de nuestras secciones en el mundo del trabajo se basa en tres pilares: (1) mayor número de análisis y estudios comprensibles por los trabajadores; (2) una colaboración con los sindicatos más óptima y (3) una mayor atención, apoyo e implicación por parte de la dirección.

En primer lugar, ahora contamos con análisis y estudios al alcance de los trabajadores, más numerosos y mucho mejores que hace cinco años. Hemos alcanzado un cierto prestigio gracias a las intervenciones de nuestros portavoces en los medios de comunicación y gracias al best-seller ¿Cómo se atreven?, que fue leído ampliamente en los círculos sindicales. Ahora tenemos un cierto grado de autoridad en base a nuestros estudios y conocimientos sobre los impuestos, el aumento de precios de la energía, los servicios de salud y las pensiones. Nuestro apoyo a los trabajadores que resisten nos ha llevado a desarrollar análisis científicos: sobre la legislación salarial, el impuesto salarial, el IVA, el cierre de ArcelorMittal y Ford-Genk. Nuestros estudios rompen con la idea de que la política liberal es una necesidad, de que no existe alternativa. Son bien recibidos en medio del descontento y la resistencia de las personas sobre el terreno.

En segundo lugar el Congreso de renovación (2008) ha hecho posible una relación distinta con los sindicatos. Ahora tenemos más perfil de partido político, que defiende su posición de principios, pero que también es flexible y táctico. Y que sabe intervenir respetando a los sindicatos. Esta actitud nos ha facilitado una apertura cada vez mayor: muchas de nuestras propuestas son tomadas en serio por los sindicatos o se invita a los especialistas de nuestro departamento de investigación a dar conferencias o formación. Durante las elecciones de 2014 hubo un número récord de delegados sindicales en nuestras listas electorales y muchos sindicalistas presentaron al PTB como una fuerza política creíble.

En tercer lugar, también hubo más atención, apoyo e implicación por parte de la dirección. Dimos una importancia central en el partido al seguimiento de nuestros grupos y al trabajo de nuestros miembros en sus empresas. Hubo más acompañamiento también por parte de las Direcciones Provinciales, más material al alcance de nuestras secciones de empresa, más retroalimentación desde abajo hacia arriba. Redactamos directrices para el trabajo en la clase obrera, un manual para los dirigentes de sección, organizamos seminarios para el intercambio de experiencias, nombramos responsables provinciales e hicimos un balance de las experiencias positivas. También establecimos un departamento del Mundo del trabajo, que debe asumir el control del seguimiento de esta tarea.

 

(4)   Grandes Retos

El balance es positivo. Esto contrasta con la idea de que no es posible que el partido desarrolle una sólida fuerza en el mundo del trabajo. Pero no podemos cerrar los ojos: las fuerzas de derecha siguen teniendo gran influencia en las empresas. Todavía estamos lejos de poder hacer contribuciones significativas y decisivas para el desarrollo de la lucha social en las empresas e industrias más importantes. En comparación con las necesidades y el crecimiento general del partido en los últimos años, el aumento del número de miembros y ramas del partido en las empresas sigue siendo insuficiente. Espontáneamente se crece más rápidamente en las localidades y en los barrios. El primer desafío sigue siendo convertir las decenas de grandes cadenas de producción en la industria manufacturera y en los sectores clave en bastiones reales de la lucha social. Cómo fortalecer el partido.

Dedicar más atención y esfuerzos a la construcción de secciones sólidas en las grandes empresas de producción industrial y en los sectores clave. Más material accesible para los trabajadores. Más creatividad en nuevas iniciativas de nuestras secciones de empresa. Insertar a más miembros (jóvenes) del partido en el mundo del trabajo. Más obreras y obreros que presidan nuestros grupos de base y que asuman funciones de cuadros. Estos son nuestros principales retos para los próximos años.

Apoyamos a los sindicalistas y a sus organizaciones que en sus ideas y sus acciones van más allá del estrecho marco de las leyes de mercado y del pensamiento único y que plantean reivindicaciones a la ofensiva. Apoyamos el enfoque participativo y social del trabajo sindical. La idea de que la lucha consigue victorias es fundamental. La tremenda presión existente en numerosas empresas, la flexibilidad rampante, el manejo de competencias y la inseguridad laboral despiertan mucha ira. Esta ira se convierte en frustración si no logra convertirse en lucha colectiva. La acumulación de frustraciones conduce a la división, a la delación, al acoso y al racismo.

Si queremos educar a los compañeros de trabajo, hay que empezar hablando con ellos. Aunque parezca algo evidente, no lo es tanto en la ac tualidad. Sólo un limitado número de representantes sindicales pueden salir de su puesto de trabajo en cualquier momento para realizar trabajo sindical. Los empresarios tienen muchas maneras de restringir este derecho o de hacerlo impracticable: el chantaje y la amenaza, el “castigo” a los compañeros para que tengan que suplir el trabajo del delegado mientras está de visita. Cualquier acción social requiere la construcción de un contrapoder sindical en la empresa. Por eso nuestro partido contribuye por principios al fortalecimiento de la fuerza sindical.

 

1.2.        Un partido de convergencia progresista

Somos en primer lugar el partido del mundo del trabajo, de todas sus capas y de toda su diversidad. Al mismo tiempo, trabajamos como partido por una alianza progresista contra el capital monopolista. Esto significa dos cosas: (a) que también nos dirigimos a amplias capas de la clase media independiente y de los agricultores y (b) que nos dirigimos en particular a capas y grupos específicos de la sociedad: jóvenes, estudiantes, intelectuales y artistas.

Una convergencia progresista no es una forma de organización o una iniciativa electoral, es ante todo un enfoque global convergente con un discurso, portavoces y reivindicaciones destinadas a todos los componentes de la convergencia progresista y no sólo a la clase obrera. Una convergencia progresista implica reuniones, intercambios de puntos de vista y de experiencias de resistencia y de debate sobre la sociedad. La convergencia progresista es vital para el futuro, ya que constituye la única estrategia capaz de romper la influencia asfixiante de la pequeña capa de monopolios, grandes accionistas y rentistas.[ii]

En el corazón de esta convergencia progresista se encuentra la clase trabajadora. Pero si ésta quiere involucrar con éxito a otros segmentos de la sociedad en la lucha por la emancipación, debe ser capaz de ir más allá de su propio discurso y de sus reclamaciones directas. Sólo entonces podrá liberar de la esfera de influencia política y cultural de los monopolios a los jóvenes, intelectuales, artistas y a las diferentes capas de la clase media independiente. Debemos enfocar nuestras propuestas, nuestras acciones, nuestras palabras y nuestra lucha cultural en este sentido. En nuestras acciones y en la comunicación de masas debemos ir más allá de las intervenciones o discursos sindicales[iii] que están orientados sólo hacia la clase trabajadora.

La historia nos enseña que es de vital importancia. El fascismo nació como una revolución anti-socialista y fue apoyado financieramente desde el principio por grandes terratenientes[iv] y grandes empresarios en Italia y Alemania. Así se instaló en el poder una dictadura abierta del capital, que se las arregló para reprimir el movimiento obrero insurgente.[v] Lo específico del fascismo es que los “camisas negras” (milicias fascistas italianas lideradas por Mussolini) consiguieron organizar por primera vez a la clase media (los autónomos) en un partido de masas. Fue un fenómeno completamente nuevo ya que hasta entonces sólo la clase obrera se había organizado en partidos de masas. Los partidos comunistas de Alemania e Italia eran muy fuertes entre la clase obrera, pero los autónomos arruinados por la crisis se unieron en masa a los fascistas. Tiempo después, los marxistas de Alemania afirmaron que habían perdido la batalla contra el fascismo entre otras causas por su relación con la clase media arruinada. No estamos en la misma situación de los años 30 del siglo pasado. Pero esto no nos debe cegar ante los acontecimientos actuales. Hoy la reacción[vi] también elabora una estrategia destinada a la clase media independiente, para meterla dentro del mismo carro de los intereses de los grandes monopolios industriales y financieros. La N-VA, en particular, está ganando influencia y adhesión rápidamente entre las diferentes capas de la clase media independiente. Subjetivamente, es comprensible, porque muchos autónomos de la clase media tienden a aspirar a convertirse en una gran empresa. Pero objetivamente, capas importantes de estos mismos autónomos se ven zarandeados por la competencia de los grandes monopolios. En esta situación objetiva tenemos que saber cómo atraer a diferentes segmentos de la clase media independiente a alianza progresista, para aislar a la reacción.

Para hacer posible el espíritu de esta convergencia progresista, el papel de los portavoces es crucial. Casi todas las capas de la sociedad tienen sus propios portavoces que forman ideológica y culturalmente su imagen del mundo. Como Karel Van Eetveldt, el jefe de la organización flamenca de PYMES (UNIZO) que extiende de manera sistemática y agresiva la cosmovisión y la cultura de los monopolios entre los pequeños empresarios independientes. Es importante que los empresarios independientes y todos los demás estratos sociales encuentren sus propios portavoces e intelectuales que desarrollen otro discurso. Lo mismo ocurre con las organizaciones de la clase media y los agricultores. El líder campesino José Bové jugó al principio de su carrera un papel progresista en la resistencia campesina en Francia. Lo mismo ocurre con los jóvenes, estudiantes, intelectuales, artistas, mujeres y personas de origen inmigrante.

1.3.        Una amplia lucha cultural

En general, el capital industrial y financiero monopolista define la orientación política del país. Esto ocurre de maneras muy variadas. Por un lado gracias a la implicación de una parte del mundo político: el sistema de puertas giratorias coloca a políticos en puestos muy bien pagados en las juntas directivas y confía a hombres de negocios puestos en los gobiernos o en la administración. También mediante la influencia de miles de lobistas[vii] en el trabajo legislativo en Bruselas. Pero sobre todo gracias a la visión del mundo de la clase dominante (el establishment, como lo llaman los ingleses), que crea un pensamiento único opresivo asumido por prácticamente todas las fuerzas políticas.

Aqui no pretendemos exponer las exigencias concretas de las organizaciones empresariales o de los lobbys empresariales, si no sus ideas generales culturales, sus meta ideas[viii] culturales, que año tras año se difunden entre la población. Estas ideas se han desarrollado durante años en diversos “laboratorios de ideas” (think tanks en inglés) liberales como los de la Escuela de Chicago, conservadores o incluso nacionalistas y racistas como los de la nueva derecha. Imponen una visión de la sociedad que legitima el capitalismo. Hoy en día las visiones neoliberal, conservadora y nacionalista son las dominantes. Todos estos grupos de expertos también han afinado mucho la forma de comunicar su visión del mundo.

Todo el mundo los conoce, los chistes, las frases hechas, “de sentido común”, que se repiten todos los días: “Si la gente no tiene trabajo, es por su culpa”; “Los empresarios crean riqueza”; “No se puede ir contra los ricos, si no se irán con su capital al extranjero”; “La verdadera contradicción no es entre trabajo y capital, sino entre aquellos que son productivos y los que no lo son”; “el Estado es demasiado mastodóntico, hay que disminuir el número de funcionarios”; “Vamos a tener que trabajar más años porque vivimos más tiempo”; “Las acciones sindicales nunca han cambiado nada fundamental en la sociedad”; “ la huelga no sirve para nada “; “El hombre es un lobo para el hombre, el egoísmo es parte de la naturaleza humana”; “La desigualdad crea dinamismo en la sociedad”; “El mundo cambia, la Seguridad Social debe cambiar también, no verlo es conservadurismo”; “Tenemos que estimular las capas superiores de la economía; que tiran del resto de niveles”; etcétera.

El mundo de los negocios, los rentistas y las élites financieras llevan a cabo una lucha cultural ininterrumpida. Lo hacen con gran creatividad, con campañas desarrolladas por costosas agencias de publicidad, con mensajes sutiles difundidos en el cine y la cultura, en series y juegos, revistas y libros, pero sobre todo a través de una presencia continua de sus portavoces en la prensa dominante que propagan día tras día el mismo mensaje. Los medios de comunicación, que también están en manos de la élite económica, transcriben de buena gana este mensaje, creando una especie de pensamiento único. La clase dominante trata de persuadir al público que su visión del mundo es la única posible, o al menos la única que funciona. Otras ideas o visiones rara vez se mencionan, o se hace marginalmente.

La clase dominante intenta difundir su visión del mundo, en primer lugar, entre las diferentes capas de la clase media independiente, para que todos los pequeños empresarios independientes también acaben siendo sus portavoces. Pero a fin de cuentas, también quieren que su visión del mundo impregne a la clase trabajadora y transforme la lucha en pasividad y sumisión. A la clase dominante le encantaría popularizar su filosofía y comercializarla hasta que la gente no considere a esa visión del mundo como un discurso ideológico del poder, sino que simplemente perciba esa visión como el “pensamiento común y corriente.” Si lo logran, podemos hablar de hegemonía[ix] cultural de la clase dominante.

 

(1)   Construir su propia cultura

Después de la crisis de 2008 resonó por todos los sitios la consigna “no vamos a hacer de esto un debate del tipo de sociedad.” También entre la socialdemocracia europea. Fue la culminación de la idea del profesor americano ultraconservador Francis Fukuyama, que anunció el “fin de la historia” en 1990. En realidad quería decir: el fin de la lucha de ideas entre una ideología capitalista y la ideología socialista emancipadora. Esto por supuesto no es más que un camelo. Porque allí donde desaparece la cultura emancipadora y de liberación, se deja el campo libre a la hegemonía de la cultura capitalista. La supuesta “falta de ideología” sólo alienta a la ideología de la clase dominante. La indiferencia en la lucha cultural e ideológica debilita el movimiento progresista. Le lleva a una posición defensiva. Porque en vez de dirigirse hacia un cambio profundo de sociedad, lo único que importa es lo que se puede lograr en lo inmediato, los pequeños cambios en el orden establecido.

Por tanto es de vital importancia difundir la cultura propia. La clase trabajadora es la principal creadora de riqueza y es la mejor situada para traer una nueva cultura, emancipadora, basada en la solidaridad. La clase obrera desarrolla su propia cultura, una cultura rica que va más allá de sus propios intereses y que también puede inspirar a la clase media independiente, a los campesinos, intelectuales, jóvenes, estudiantes y artistas. Porque la ambición debe ser difundir una nueva cultura liberadora en la clase trabajadora, pero también entre otras capas de la población. Para sustraer a estas diferentes capas de la influencia cultural de los monopolios, de la mentalidad de los banqueros, de la lógica neoliberal egoísta y de las concepciones nacionalistas corporativistas.[x] En otras palabras, el movimiento obrero deberá oponer una “contra hegemonía “ a la hegemonía cultural de la clase dirigente.

Crear una nueva cultura emancipadora y una visión progresista del mundo basada en la solidaridad, es una lucha en sí misma. No podemos subestimarla. Es un error ocuparse sólo de la política de los precios, los salarios, las pensiones y las necesidades inmediatas de la población. Por supuesto, son temas de suma importancia, ya que hablamos de las condiciones de trabajo y de vida de millones de trabajadores y de sus familias. Pero es un error pensar que la lucha cultural sobre la visión del mundo no es importante. La situación material y concreta de explotación existen, pero frecuentemente las ideas son las que mantienen a las personas atrapadas en su opresión. Y por lo tanto, combinamos las dos: nuestra lucha por una política progresista se une a nuestra lucha por una visión del mundo progresista y emancipadora. Debemos abandonar la tendencia profundamente arraigada de limitarnos a los problemas económicos y sociales, sin abrir las ventanas al mundo.

 

(2)   Un vasto proceso de concienciación cultural

Para romper el consenso sobre el modelo dominante de sociedad, necesitamos una nueva visión del mundo. Una concepción de vanguardia de la vida social, democrática, ecológica e internacionalista que se construya desde la base de la sociedad. La Revolución Francesa se preparó gracias a décadas de lucha cultural e ideológica, dirigidas por pensadores radicales de la Ilustración[xi] en un proceso de toma de conciencia. Hoy necesitamos este proceso amplio de lucha cultural.

Nuestra contra hegemonía reposa, en última instancia, en el modelo de sociedad que queremos: el socialismo 2.0. Cada capítulo de la sección dedicada al Socialismo 2.0 es parte de nuestra visión del mundo. La visión del hombre (que se realiza a sí mismo), de la cultura (las personas son capaces de participar en la gestión de la sociedad), la economía (la colectivización de las principales palancas económicas), la ecología (el respeto a la naturaleza como fuente de riqueza) o la ética[xii] (la solidaridad). Es un error pensar que la lucha sobre estos conceptos sólo será importante más adelante, en la nueva sociedad socialista. En una sociedad profundamente politizada como la nuestra es crucial liderar esta lucha cultural y tratar de construir nuestra propia visión cultural, desde el movimiento obrero hacia todos los demás sectores de la sociedad. Con objetivo de aislar finalmente a la hegemonía cultural de la clase dominante, la visión del mundo que es buena sólo para el 1% más rico. Con el socialismo 2.0 ofrecemos una respuesta contemporánea inclusiva, hacia el futuro, frente al pensamiento único de la derecha. Pero para eso hay que atreverse a participar en el debate de hoy, no de mañana. Con tribunas en la prensa y con análisis solventes, pero también con reacciones mordientes, con frases que impacten e imágenes progresistas, con estados de Facebook y tweets que reflejen el optimismo de nuestra visión del mundo.

Esto también significa que tenemos que crear nuestra propia cultura. ManiFiesta es un ejemplo positivo: es un reflejo de la sociedad que queremos, un equilibrio entre el contenido y la cultura, con la diversidad y la solidaridad imperantes, con el compromiso de simpatizantes, miembros y cuadros. Al igual que los centros médicos de Medicina para el Pueblo, que también son un buen ejemplo de nuestra cultura.

“No habrá cultura nueva si no aplicamos hoy en nuestra lucha los valores de la nueva sociedad que queremos”, dijo Ángela Davis. El Partido de los trabajadores también debe valorar hoy, en la práctica, a la clase trabajadora en todo lo que hace, en su cultura, en sus imágenes y sus palabras. Esto también se aplica a la igualdad entre hombres y mujeres, que debe estar presente en nuestra cultura, frente a todo tipo de machismo. Al igual que la diversidad. En última instancia, esto es aplicable a todos los valores del socialismo 2.0 que defendemos como partido: la ayuda mutua, la solidaridad, la cooperación, el colectivismo, el respeto mutuo, la conformidad entre la palabra y la acción, el respeto por el trabajo, el racionalismo, la exclusión del racismo o el sexismo, la autoconfianza y el autocontrol, el sentido de iniciativa y el internacionalismo. Todo esto debe ser presentado y discutido en los ciclos encuentro y compromiso, en las escuelas de cuadros, pero también en la vida cotidiana de las secciones, de los grupos de base, de los departamentos y las organizaciones juveniles. Esta es nuestra imagen del mundo, esta es nuestra visión del mundo y antes que nada queremos, por supuesto, aplicarlo y difundirlo entre nosotros mismos. Nuestros portavoces, cuadros, militantes y miembros están en contacto diario con decenas de miles de personas. Son los embajadores más importantes de una nueva cultura liberadora, en sus palabras y en sus actos.

 

(3)   Nuestro propio idioma, en oposición a los dogmas[xiii] y la jerga

Las ideas son muy importantes. Las ideas se expresan con el lenguaje, al que solemos negar su importancia. Esta es una enfermedad grave que existe desde hace mucho tiempo en el movimiento comunista y realmente es un obstáculo para dirigirse a amplios grupos de personas. Ya lo tratamos explícitamente en el Congreso de renovación (2008): ”Hablamos un lenguaje directo y sencillo, comprensible por la gente. Simplificamos nuestros mensajes, nuestro material, nuestras actividades, para que la gente con quienes trabajamos se sientan cómodos. Hay que prestar especial atención en evitar la jerga de partido, en simplificar el mensaje, tanto el texto como la imagen. Abordamos la mente y el corazón, con humor y seriedad. [...]Nos basamos en análisis y dosieres sólidamente documentados. A partir de ahí se elaboran propuestas dónde todo puede ser tenido en cuenta. Ese trabajo le habla a la mente. Pero hace falta ganar los corazones. Aquí el contacto directo es crucial. Pero cuando se trata de llegar a un extenso grupo de personas, es imposible conocer a todos personalmente para ofrecerles una taza de café y exponer pacientemente nuestros argumentos. Ahi lo importante es la impresión que se deja a las personas. El estilo propio ayuda a conocer el alma del partido. Un estilo propio ayuda a que las personas se sientan bien tras ver la imagen del partido. “

Sin embargo todavía hay gente en el partido que usa un lenguaje lleno de signos de exclamación con numerosas simplificaciones. Con una lógica binaria[xiv]: o un lenguaje académico incomprensible, o un lenguaje lleno de lugares comunes, dogmas simplistas y facilones. Se confunde el lenguaje directo, claro y sencillo con un discurso mecánico; la indignación con el uso de exclamaciones y letra en negrita; la educación política con la supresión de cualquier matiz y de toda dialéctica.[xv] Subestimamos la sed de cultura de la gente.

Estamos a favor de un nuevo tipo de lenguaje, comprensible, claro y rico en contenido. Para convencer a la gente con argumentos y no mediante la enumeración de una serie de dogmas. Para aportar una cultura rica, no un producto fácil. Para poner en primer plano a las personas, con sus creencias, expectativas, esperanzas, fortalezas y también con sus debilidades. No héroes ni heroísmo abstracto, sino personas de carne y hueso. No se debe confundir el lenguaje combativo con la jerga para los entendidos. El uso del lenguaje también es un trabajo creativo y es un elemento esencial de una cultura innovadora. Necesitamos nuevas palabras, metáforas,[xvi] imágenes impactantes y una gran creatividad a todos los niveles de nuestra comunicación. Necesitamos una mayor diversificación de los medios de comunicación de nuestra propia cultura. No sólo en lengua escrita, sino también hablada, medios audiovisuales y actividades más accesibles.

 

1.4.        La lucha social y los representantes del pueblo

Los grandes logros de la lucha social, como la seguridad social, las vacaciones pagadas y la jornada de ocho horas, son el resultado de la fuerza de la organización, la conciencia y la movilización del movimiento obrero. También los logros democráticos como los derechos sindicales, el derecho al voto, el derecho de asociación y la libertad de opinión, se obtuvieron tras más de un siglo de lucha obrera. Las mejoras más esenciales en la vida de los trabajadores fueron precedidas de años de lucha social.

Nosotros no decimos “lo arreglaremos por ti”. No somos una organización clientelista [xvii] que promete conseguir rápidamente empleo, vivienda social

o cualquier otro beneficio a cambio de un voto o de una tarjeta de afiliación. El PTB es diferente. Nuestro discurso es: “tomar vuestro destino en vuestras manos, organizaros, (in)formaros y estudiar, movilizaros. Los cambios esenciales que necesitamos sólo se consiguen mediante la lucha social e invitamos a todos a participar concientemente.” Esto no significa que no podamos tomar medidas concretas en respuesta a las preguntas que nos hace la gente. Podemos proporcionarles información, dirigirlos a una sección del partido que se ocupa de ese tema o de las autoridades administrativas competentes o, en algunos casos con implicaciones más generales, tomar iniciativas políticas sobre el asunto.

Para fortalecer la lucha social hacemos un llamamiento también a nuestros miembros y cargos electos. Son miembros del partido que no se presentaron para la elección por un cargo, ventajas materiales o dinero fácil. Viven y trabajan con el salario de un trabajador medio. Esto nos distingue de todos los demás partidos y es crucial en la lucha contra el arribismo: ninguno de nuestros cargos electos se beneficia económicamente de su mandato. Esta es también nuestra visión fundamental de nuestros diputados: viven y trabajan para servir a la gente y se ponen a disposición de la sensibilización, la movilización y la organización de los trabajadores. Nuestros diputados son bazas del partido: repercuten en la lucha social y en la convergencia progresista, dan más resonancia las posiciones y la visión del mundo del partido en los medios de comunicación. También son el rostro visible, los portavoces del partido.

Nuestros diputados y concejales son transparentes e independientes de la politiquería y de los acuerdos entre bastidores, de los lobbies, think tanks liberales y de la caza al cargo que caracteriza a nuestros parlamentos y asambleas provinciales y municipales. Pero con demasiada frecuencia nuestros cargos electos constatan que se juega a la mayoría (“buena”) y la oposición (“mala, que sólo sabe decir no”). A menudo estos roles son intercambiables y se invierten tras las elecciones, sin que haya cambiado nada esencial. Abundan las declaraciones altisonantes, pero casi siempre la cosa está ya decidida de antemano en otros lugares. En el gobierno (o en el ayuntamiento), el orden del día se define por poderosos grupos de presión del mundo financiero o del mundo de los negocios. Lo mismo pasa en la UE, donde los intereses de la clase dominante influyen todavía más – basta pensar en el TTIP (ver la parte “Los tiempos cambian”). Nuestros diputados y concejales se niegan a jugar a ese juego y se apegan firmemente al principio de representación popular: recibieron un mandato del pueblo y trabajan al servicio de la emancipación social. Esto molesta a ciertas fuerzas que ejercen toda clase de presiones para atraer a nuestros cargos electos al juego de la politiquería y los acuerdos entre bastidores.

Para nuestros diputados y concejales, es importante abrir las puertas y ventanas de los parlamentos nacionales, regionales y ayuntamientos. Para hacer política de otra manera. Por eso nuestros cargos electos sacan a la luz pública acuerdos secretos y arreglos en los pasillos del poder. La transparencia política es hacer de la política algo totalmente público. La gente tiene derecho a saber cómo se toman las decisiones y qué grupos de presión trabajan detrás de las cortinas. Y nuestros cargos electos tienen el deber de revelar todo eso.

Nuestro objetivo es que los cargos electos hagan intervenciones correctas, argumentadas y enérgicas. Comprensibles y claras, frente a la jerga del Parlamento que sólo es comprensible por los enterados. Cuando un diputado se expresa como si fuese un notario, decimos que no pisa la calle. “Dime cómo hablas te diré quién eres”, dice el refrán. La forma en la que se comunican nuestros cargos es muy importante. El lenguaje y las imágenes que utilizamos son un arma muy importante en la lucha política.

Nuestros diputados y concejales no buscan “una palmadita en el hombro del alcalde” o “cumplidos de la oposición”. Nuestros cargos electos han recibido el mandato del pueblo de llevar nuestro programa al orden del día, dando voz a la lucha social e involucrando a los movimientos sociales. Y esta política a menudo choca con el pensamiento único asfixiante que prevalece en los distintos parlamentos. Argumentamos nuestras intervenciones, no desarrollamos un discurso basado en consignas y requiebros verbales gratuitos y siempre tratamos de fortalecer los movimientos sociales y la lucha social.

El principio de nuestros cargos electos es “calle-ayuntamiento-calle”. No son el punto final, sino un eslabón en la obra de la emancipación que lleva a cabo el partido. Nuestros cargos parten de lo que se vive en el barrio, en el lugar de trabajo, en las asociaciones y vinculan estas aspiraciones a informes sólidos y a reivindicaciones. Nuestra arteria central y nuestra fuerza son las vivencias de la población. Esto va desde las pequeñas cosas a proyectos por los que las personas se organizan y comienzan a moverse. Muy a menudo, nuestros cargos electos ponen en la agenda política los temas más concretos, a partir de esta riqueza proveniente de los miembros del partido y gracias también a la contribución de los movimientos sociales. Nuestros cargos electos enriquecen el movimiento de emancipación con toda la información a la que su puesto les da acceso. Luego comparten los resultados de sus intervenciones y propuestas, aunque no hayan sido aprobadas. Nuestros cargos vuelven con los resultados de su trabajo al terreno, a la calle. Este es el significado de “calle-ayuntamiento-calle”. Las intervenciones de nuestros cargos electos están al servicio de la lucha social y no al revés.

La esencia del trabajo del partido es desplegar sobre el terreno una actividad política viva. Si una sección hace un buen trabajo, puede avanzar mucho localmente, aunque no tenga concejales. Para ello es fundamental la conciencia, la fuerza organizativa y de movilización, que traerán resultados. Ya sea a la hora de mantener abierto un parque para jugar, o de un ambicioso proyecto para soterrar una autopista con el fin de tener una ciudad en la que se pueda respirar. Ni siquiera en las ciudades y pueblos donde tenemos concejales los ejes de nuestro trabajo están condicionados por su existencia. Evidentemente introducimos numerosos temas en la agenda de los ayuntamientos municipales, provinciales o del CPAS - y a menudo usamos demasiado poco todavía esta vía. Pero no todo tiene que pasar por los concejales. Las secciones y locales de empresa tienen su propia dinámica y su propio plan de acción para lograr cambiar las cosas. El corazón político de nuestro partido está en los grupos de base y en la lucha social y queremos que siga siendo así.

Lo mismo ocurre con nuestro trabajo parlamentario. No es un fin en sí mismo sino un eslabón más de un amplio movimiento de emancipación.

Nuestros diputados también practican el principio “calle-parlamento- calle”. Llevan las voces de la lucha social, ecológica, democrática y cultural en general. El trabajo de nuestros diputados tiene como objetivo fortalecer la capacidad de movilización, la fuerza organizativa, el trabajo de sensibilización del partido y la fuerza de choque del mundo del trabajo. A través de los grupos de base, están a la escucha de lo que vive el pueblo, implican como protagonistas del terreno a los sindicatos y al tejido asociativo y traducen con el departamento de investigación todas estas aspiraciones en resoluciones y propuestas de ley. Pero también en este caso la regla es que no todos los aspectos de la lucha por la emancipación pueden o deben pasar por el Parlamento. Nuestros diputados se centran en los principales temas vividos sobre el terreno y en una serie de cuestiones clave. Por supuesto, cuanto mayor sea nuestro grupo parlamentario, más numerosos serán los asuntos y temas que podamos tratar. Sin embargo, debemos garantizar en todo momento que nuestros cargos electos tienen el tiempo suficiente para pisar el terreno, para que no se dejen vencer poco a poco por los hábitos y el lenguaje del Parlamento. Queremos que nuestros diputados se muevan como pez en el agua. Y este agua no es el Parlamento, si no el barrio popular, el lugar de trabajo, el grupo de acción, la asociación, el sindicato o el comité vecinal. Nuestros diputados deben rendir cuentas de su mandato y es ahí donde tienen que hacerlo, no con los diputados de otros partidos. Esto es importante, así que tenemos que organizarlo. ¿Qué hizo el PTB con tu voz? Podemos organizar discusiones vecinales, recoger nuevas ideas y propuestas, así como recopilar las críticas que nos permitan mejorar la calidad de nuestro trabajo.

La historia del Partido Obrero Belga (POB) nos enseña que hay un gran riesgo en asistir a un deslizamiento del poder en el partido hacia los diputados en detrimento de las estructuras democráticamente electas del partido. Los diputados comienzan a definir la dirección política y el poder del partido se encuentra cada vez más en sus manos. Así, la actividad se encuentra cada vez más limitada a la labor parlamentaria, en vez de jugar un papel emancipador en los barrios y en el lugar de trabajo. La lógica se vuelve cada vez más una lógica electoral, donde nunca se toman posiciones que vayan en contra de las ideas dominantes porque costaría votos. Y la política se encuentra cada vez más prisionera de la lógica de las correlaciones de fuerzas parlamentarias, en lugar de partir de la correlación de fuerzas en la sociedad. Cuando se impuso la prohibición del trabajo infantil en 1887 ningún diputado se había mostrado partidario. Si entonces se hubiera razonado exclusivamente desde la perspectiva de las mayorías parlamentarias, esos niños nunca hubiesen salido de las minas ni de las fábricas textiles. La lucha social que desarrolló la correlación de fuerzas sociales fue la que dio lugar a la prohibición del trabajo infantil.

La orientación política del PTB es desarrollada por las diversas estructuras democráticamente electas en el partido, en primer lugar por el Consejo Nacional. Las actividades de nuestros grupos parlamentarios están subordinadas a los intereses del conjunto del movimiento obrero. Todos nuestros cargos electos trabajan dentro de las orientaciones del Consejo Nacional. El partido impone a sus grupos parlamentarios requisitos políticos, organizativos y financieros exigentes. Los grupos parlamentarios, por lo tanto, no funcionan de forma independiente, si no bajo el control del Consejo Nacional y el Buró del partido. La historia de los partidos obreros muestra, de hecho, que la tribuna parlamentaria fue un foco de arribismo, individualismo y enriquecimiento para muchos diputados. La gente está cansada de estas prácticas y tienen razón. Por lo tanto, tenemos el deber de aferrarnos a estos principios.

 

 

Notas

 

[i]Industria manufacturera: sectores económicos que transforman los materiales en nuevos productos de manera industrial.

[ii]Un rentista es un individuo que no trabaja, que vive de sus rentas y de ingresos de sus inversiones. Sus rentas pueden provenir de distintas fuentes (seguros de vida, acciones en empresas, alquileres o ventas inmobiliarias bolsa, inversiones financieras…).

[iii]En el original tradeunionismo, del ingles tradeunion que significa sindicato. Se orienta sobretodo o exclusivamente hacia las ventajas directas de un grupo de trabajadores y pierde de vista la lucha global por un cambio de sociedad.

[iv]Terratenientes: propietarios de grandes latifundios.

[v]Insurgente: en insurrección, revuelta, resistencia.

[vi]La reacción: fuerzas políticas e ideológicas que se oponen a la lucha por la democracia social y el socialismo. Quieren mantener la situación actual y la limitación, o anulación de los derechos logrados por los trabajadores.

[vii]Un lobista es una persona que influencia las decisiones políticas (leyes, reglamentos, normas) de un gobierno para beneficiar los intereses de una persona o de un grupo profesional, económico o financiero.

[viii]Meta idea: una idea que engloba otras, una idea muy general.

[ix]Hegemonía: preponderancia, supremacía.

[x]Corporativista: orden social de colaboración de clases en una nación.

[xi]Ilustración: los pensadores ilustrados del siglo 18 favorecieron el desarrollo de la ciencia y una visión científica del mundo por sus intercambios intelectuales. Se opusieron a las supersticiones, al abuso de derechos de la Iglesia y el Estado y a la intolerancia. Promovieron la idea de igualdad, de derechos del hombre y del ciudadano. Esta corriente de ideas constituyó la base ideológica y política de la Revolución Francesa de 1789 que instauró la democracia burguesa y puso fin al sistema feudal.

[xii]La ética se marca como objetivo aportar respuestas a cómo deben comportarse los seres humanos, ser y actuar, entre ellos y con quienes les rodean

[xiii]Dogma: afirmación presentada como una verdad fundamental, incontestable e intangible, sin espíritu crítico.

[xiv]Binaria: que solo contempla 2 posibilidades.

[xv]Dialéctica: visión del mundo y método de pensamiento que trata de comprender el mundo en su complejidad, cohesión y desarrollo.

[xvi]Metáforas: lenguaje mediante la imagen, basada en la comparación.

[xvii]Clientelista: un sistema para atar políticamente a los clientes.