Crack 2011, segundo round de la crisis de 2008: la hora de elegir otras soluciones

 

Pánico en las bolsas, crisis del euro, la amenaza de la deuda en EE.UU.: ¿Debemos temer por nuestro futuro inmediato? Cuatro preguntas y respuestas esenciales para entender mejor la crisis y para plantear alternativas a las políticas propuestas por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y los gobiernos.

Henri Houben y David Pestieau (*)

 

1. Pánico en las bolsas, crisis del euro y declive en la calificación de la deuda de EE.UU… ¿Que está pasando? Hace tan sólo dos meses todavía se hablaba de recuperación, y ahora se habla de una repetición a lo grande de la crisis de 2008. ¿Cómo se explica este cambio?

Todavía estamos en la crisis que comenzó en 2008, y que a día de hoy se sigue profundizando cada día más. Estamos en lo que se denomina efecto de segunda vuelta.

Los estados de ambos lados del Atlántico invirtieron enormes sumas de dinero en el otoño de 2008 para por un lado tratar de salvar el sector bancario y financiero de unay, por una parte, oara ofrecer una apariencia de recuperación económica  Esto se tradujo en un  dramático aumento en la deuda de las finanzas públicas. La deuda pública de EE.UU., por ejemplo, aumentó del 62% del PIB en 2007 al 101% en 2011. El déficit presupuestario ha alcanzado proporciones importantes en Europa, como en Irlanda, donde alcanzó el 32% del PIB (muy lejos del umbral del 3% que, de acuerdo a las normas europeas, no se debe cruzar).

Así, para tratar de tapar el agujero de la deuda privada, que uno de los problemas en el origen de la crisis de 2008, se abrió un nuevo agujero, la deuda pública (sin que se eliminase la anterior). La crisis financiera se convirtió en una crisis de los estados. En el 2008, los mercados financieros exigieron que los estados (y en última instancia, la población) salvasen a los bancos. Ahora se pide que las deudas contraídas con los mercados financieros sean reembolsadas. En otras palabras, la dictadura de los mercados financieros no es más que la dictadura de los más ricos que quieren estar seguros de recuperar lo que han prestado.

Por otro lado, el crecimiento económico es prácticamente nulo. Los estímulos financieros del año 2008 no han conducido a una recuperación sostenida. Porque ¿De donde podría venir ahora la demanda? Los hogares, especialmente los de Estados Unidos que tiraron de la economía mundial hasta el año 2008, están sobrendeudados y no pueden consumir más. Los Estados no tienen un centavo después de salvar a los bancos. Y los países emergentes como China no pueden absorber el excedente. Esto explica la pérdida de confianza de los inversores industriales, que invierten poco.

En el año 2008, realmente no se hizo nada para resolver los problemas que originaron la crisis. Desde 1973, el sistema capitalista está experimentando una crisis estructural de exceso de producción: tiene una capacidad de producción mucho mayor de lo que la gente puede comprar. Ha ido encontrando la manera de ir tapando provisionalmente los agujeros. La solución de regalos financieros para los ricos y crédito para los trabajadores contribuyó a crear las burbujas financieras y una demanda artificial durante un periodo relativamente largo... hasta que estalló la última burbuja en 2008 (conocida como la crisis subprime).

¿Y qué hicimos en 2008?. Se rescató a los bancos más ricos evitando la quiebra del sistema. Hoy en día, la mayoría de los grandes bancos han amortizado largamente sus pérdidas, y, en 2010, las empresas han experimentado otro año de beneficios récord. Por el contrario, no se ha hecho nada por los trabajadores víctimas de la crisis: ni rescates a los hogares endeudados, ni paralización de las ejecuciones hipotecarias (por el contrario, los bancos en los Estados Unidos incluso han facilitado el desalojo de familias de manera fraudulenta). No hubo ningún plan real de inversión pública para superar las deficiencias del sector privado. No se tomaron medidas serias contra la especulación, los bancos y los mercados financieros, aunque por otro lado sean ampliamente reconocidos como los causantes de la crisis. "Hace falta moralizar el capitalismo", prometía Sarkozy en 2008. Sin embargo, no se prohibieron los fondos altamente especulativos, los hedge funds: tan sólo deben registrarse para poder actuar en Europa. No hay control real del gobierno de los bancos: los bancos irlandeses lograron sobrepasar sin problemas el año pasado las pruebas de estrés europeas, justo antes de ser los responsable del colapso de la deuda pública del país. La famosa lucha contra la evasión y los paraísos fiscales se han traducido en acuerdos bilaterales entre países sin ningún efecto. En esencia, hemos vuelto a "business as usual" de antes de 2008, con una especulación que ahora se ha vuelto hacia las materias primas (causando el aumento el precio de los alimentos y hambrunas) y las deudas de los Estados .

Y se adoptan hoy las soluciones propuestas por los mercados, se agravará aún más la crisis: los planes de austeridad draconianas empobrecen a la inmensa mayoría de la población y la amenaza del fracaso del Estado puede dar lugar a una nueva oleada de privatizaciones masivas.

 

 

2. ¿Por qué la Unión Europea se ve afectada por la crisis a pesar de las sucesivas cumbres que tomaron medidas para salvar a Grecia, Irlanda, el euro? ¿Podemos decir que la Unión Europea está paralizada y el problema es la falta de gobernabilidad?

En el contexto de la crisis mundial, la UE se enfrenta a varios problemas estructurales.

En primer lugar, hay un desarrollo económico desigual en la zona euro. Existe una desigualdad mantenida y en desarrollo entre los propietarios del capital y el mundo del trabajo, en cada país. Pero también hay un desarrollo desigual entre los países del noroeste de Europa y los del sur (y el este). Cuando éstos se encuentran con grandes problemas, los gobiernos de los estados más ricos dicen les dicen: hacer que vuestra población pague la deuda pública, incluso si se  ahonda más la crisis; deberíais haber intervenido antes.

Además hay una política agresiva por parte de Alemania para imponer su modelo en toda Europa, el de la competitividad excesiva (característica del capitalismo): a exportar tanto como sea posible. Este modelo también implica imponer una política de bajos salarios. Sin embargo, este modelo, por definición, no puede generalizarse: para que un país exporte más, otros países deberán que importar en mayor cantidad. Se trata de una política adecuada para Alemania, los Países Bajos, Austria, Bélgica y Luxemburgo, pero no para los países mediterráneos que importan más de lo que exportan. Es a lo que se refería el primer ministro belga Didier Reynders al afirmar: "[El euro] es una herramienta fabulosa, especialmente beneficioso para nosotros, los países exportadores del noroeste de Europa [1]. "

Por último, está la política monetaria: el euro debe ser estable, a un cierto nivel en comparación con otras monedas y se debe evitar a toda costa la inflación (es decir, el aumento de precios ). Mientras que los países del sur de Europa desearían un euro más débil dada su situación.

Frente a estas contradicciones, la Unión Europea no ha hecho otra cosa que ir tapando los agujeros. Por ahora no ha tomado ninguna medida estructural. Oficialmente, afirma que la situación económica es saludable, que tan sólo está el problema algunos pocos estados endeudaros que deberán tomar las medidas necesarias para que su población sea la que pague. Este punto de vista va en contra de la realidad de la crisis global. En segundo lugar, la Unión Europea está profundamente dividida, porque la situación es muy diferente en cada país, y lo que es bueno para una burguesía no lo es para otra.

Ante esta incertidumbre, y  aprovechando la crisis del euro, Alemania tiene en mente  imponer un gobierno económico europeo según sus intereses. Es la dirección a la que apuntan la gran mayoría de los críticos que señalan la "falta de gobernabilidad". El "Pacto del euro" quiere obligar a los países, so pena de verse sancionados, a que permitan la imposición por parte de la Comisión Europea su política de déficit, salarios, empleo, seguridad social… "Una revolución silenciosa" , según ha explicado José Manuel Barroso. Cada etapa de esta crisis, como la mostró la cumbre del 21 de julio, sirve para avanzar en la tutela de los Estados nacionales para que apliquen a la carrera una política neo-liberal: prolongación de la vida laboral, generalización de los trabajos precarios , congelación de salarios, privatizaciones, subida del IVA ...

La unificación europea "progresa", pero al mismo tiempo, se enfrenta a las crecientes contradicciones entre la política pro-alemana y los intereses de los países del sur de Europa, lo que en última instancia, puede conducir a la desintegración de la zona euro. Por otra parte, las "soluciones" europeas azuzan las tensiones internacionales. De hecho, los Estados Unidos ya no pueden liderar la economía global: deben reducir su endeudamiento y por lo tanto el consumo privado (o al menos, no aumentarlo). Los mercados emergentes son todavía demasiado débiles para tirar por sí solos. Queda Europa, que ha dicho al mundo: ¡Bueno! Vamos a comeros un poco más de mercado.

A todo esto se suman las contradicciones internas entre Alemania y otros países europeos, por un lado, y el Banco Central Europeo, por el otro. El gendarme monetario europeo considera que los Estados deben comprometerse más para financiar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), creado para el  rescate de los países en dificultades, argumentando que los 440 mil millones de euros son insuficiente para garantizar la suspensión de pagos de un gran país como Italia. Alemania se niega por razones de política interna, y también porque tiene miedo de poner sus finanzas públicas en problemas. Exigió que el BCE comprase parte de las deudas de los países con problemas, poniendo de esta manera en peligro al banco europeo, que podría llegar a convertirse en un "banco malo" agobiado por las deudas "podridas".

 

 

3. Y por otro lado, ¿Por qué los Estados Unidos derrapan si habían logrado un acuerdo en el Congreso sobre la cuestión de la deuda? ¿Por qué los analistas tienen miedo de una recesión en los EE.UU.? ¿Como explicar la disminución de calificación de la deuda EE.UU. por parte de Standard & Poor?

La deuda pública de EE.UU. alcanzó, según la OCDE, el 101% del PIB en 2011, mientras que en 2007 ascendía sólo al 62%. En cuatro años, esta deuda ha "aumentado" un 40%, mientras que la de los hogares y las empresas disminuye lentamente. Así, la deuda de los sectores no financieros es de 2,5 veces el PIB y no se reduce. Ninguna de las bases fundamentales de la crisis económica de 2008 ha sido puesta en cuestión (ver pregunta 1).

El acuerdo político que se alcanzó el 2 de agosto se centra en elevar el techo de la deuda pública. Esto permitirá que el Estado continúe pidiendo prestado, mientras que las medidas para reducir el déficit se aplicarán después de 2012 (y las elecciones presidenciales). Obama ha capitulado en lo esencial y aceptado gran parte de las demandas republicanas (dominado por el Tea Party): recortes en el presupuesto (más de 2.400 millones de dólares en el gasto público), mientras que se protege a los ricos de cualquier nuevo impuesto . Los economistas serios como Roubini, Krugman, Stiglitz ... creen de esta manera la recesión continuará y que las medidas tomadas la profundizarán.

A pesar de que han obligado a Obama a poner una rodilla en tierra, los neo-conservadores del Tea Party, con el apoyo de una parte del gran capital, aspiran a conseguir casi el doble de los recortes presupuestarios logrados y quieren aprovecharse su situación actual. Pero hay contradicciones en el establishment norteamericano sobre esta supuesta puerta de salida a la crisis.

La bajada de la calificación de la deuda de EE.UU. de AAA a AA + por Standard & Poor muestra queen los Estados Unidos, algunos sectores del stablishment se están cuestionando la capacidad de EE.UU. para vivir a costa del resto del mundo. Esta disminución también indica las tensiones que existen a nivel mundial en el mantenimiento del dólar como moneda. "Los días en los que Estados Unidos, plagado de deudas, podía desperdiciar a su antojo los ilimitadospréstamos extranjeros parecen contados" [2], escribe la agencia china Xinhua.

 

 

4. ¿Qué soluciones alternativas para salir adelante?

El mito de los mercados financieros que actúan de acuerdo a las leyes naturales debe acabarse. Detrás de los mercados financieros, no hay un pozo negro, tan sólo especuladores, grandes accionistas, los multimillonarios del mundo, cuyo objetivo es aumentar aún más sus ganancias. Y las leyes que aplican no son naturales ni neutrales, sino que son las del sistema capitalista.

Sin embargo, son estas leyes, estos mecanismos, los que están en la base de la gran crisis que vivimos actualmente. Las políticas de búsqueda del beneficio y la competitividad máximas llevan a una desigualdad creciente en el reparto de la riqueza, a favor de un puñado de gente que invierte sólo en lo que es rentable y que pone el dinero cada vez más en la actividad especulativa. Estas políticas son posibles porque las empresas están en manos de unos pocos propietarios que poseen de manera exclusiva el capital: esa es la base del capitalismo. Esto significa para poder salir realmente de esta crisis y ofrecer un porvenir a la mayoría de la humanidad hay que superar el capitalismo. Porque lo que ofrece el sistema actual sólo conducirá crisis más profundas aún, con crecientes tensiones internacionales que pueden conducir a guerras económicas, incluso la guerra.

Ya es hora de dar la espalda a las soluciones aplicadas en el 2008, que tenían como objetivo "regular" el sistema, pues son las que han conducido al crack  actual. El mundo del trabajo no necesita una cumbre de gobiernos europeos, o al G-8, sino necesita preparar un movimiento europeo de gran escala que agrupe a sindicatos, movimientos sociales, partidos comunistas y progresistas para hacer pagar a los responsables reales de la crisis: los bancos, los millonarios, los principales accionistas, que mientras pedían sacrificios a otros han acumulado enormes riquezas durante los últimos treinta años. Esto significa: impuestos a las grandes fortunas (un impuesto sobre el patrimonio), impuestos sobre las ganancias de la bolsa, un impuesto especial a los bancos y el fin de las exenciones de impuestos, como el interés nocional, a las grandes empresas.

Este movimiento debe oponerse a las medidas de austeridad, a la prolongación de la vida laboral, a los ataques a los salarios y al Pacto del Euro.

Contra la especulación, son necesarias medidas radicales: la prohibición de los hedge funds, la abolición de todos los paraísos fiscales en Europa, el levantamiento completo del secreto bancario, el control público de la banca.

Y si hace falta ayudar a la gente del países del sur de Europa, no es con un Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), si no con un Fondo europeo de socorro social que sostenga la capacidad adquisitiva y el empleo de la población de estos países, financiado por un impuesto a los más ricos.

Este movimiento podrá fortalecerse a través de la solidaridad activa entre los movimientos existentes en los diferentes países, con especial atención hoy en día a la resistencia del pueblo griego.

 

 

* Henri Houben, economista, ha contribuido a los estudios de la revista Estudios Marxistas. Él es el autor de La crisis de treinta años (Aden publicación, de próxima aparición, septiembre de 2011).

* David Pestieau, editor de Solidaire, es responsable del departamento de investigación del PTB.

 

[1] Le Soir, 06 de agosto 2011, p. 15.

[2] Citado en la noche del 08 de agosto 2011