L'Unità

Original: Avante. PC Portugal

L’Unità - La unidad-, fundado en 1924 como periódico del Partido Comunista italiano, hace tiempo que dejó de existir como periódico comunista. Su publicación ha sido 'finalmente suspendida'. La noticia, al conocerse tuvo una amplia repercusión incluso en la portada del periódico ‘Expreso', no puede dejarnos indiferentes. Por un lado, sin hablar de los graves problemas creados para los trabajadores del periódico, es positivo que un prestigioso nombre asociado a la imprenta obrera y comunista deje de ser utilizado para transmitir posiciones socialdemócratas. Por otro lado es la confirmación de una derrota y de un vacío que los valientes esfuerzos de los camaradas italianos todavía no han logrado llenar.

El verdadero L'Unità, comunista, pasará a la historia como el periódico que realmente jugó un papel al servicio de los trabajadores en la lucha de clases, extremadamente dura, contra el fascismo y la gran burguesía italiana. La otra parte, la de la trayectoria de adaptación al sistema capitalista que ahora termina, nos da igualmente lecciones importantes.

Todavía recordamos bien como L'Unità, siguiendo el proceso de degeneración del PCI, defendió el "eurocomunismo" como “un camino al socialismo en los países capitalistas desarrollados," una concepción que se opuso a la Revolución de Octubre y la experiencia histórica del socialismo, que negaba el papel dirigente de la clase obrera y del partido de vanguardia marxista-leninista, que oponía Marx a Lenin para acabar renegando del primero, que favoreció el terreno parlamentario y electoral de lucha y acuerdos cupulares para lograr un "compromiso histórico" por encima de la lucha de clases. Nos recuerda el abandono progresivo de la meta de eliminar los monopolios (tan solo 'limitar su poder") y la disolución de la OTAN, al mismo tiempo que - abriendo una profunda grieta en la posición del movimiento comunista - defendía una opción 'europeísta' apoyando a la CEE / Unión Europea y sus estructuras y políticas federalistas supranacionales, considerando el marco nacional 'caduco' y mientras planteaba la necesidad de fortalecer una "Europa autónoma" frente a los EE.UU., argumentos que la práctica ya ha derrotado.

Ahora que se anuncia su desaparición merece la pena reflexionar sobre el camino recorrido por L'Unità. Las concepciones reformistas que promocionó desde los años setenta y que, tras las derrotas del socialismo, se convirtieron en abiertamente liquidacionistas, conducirían, en manos de líderes sin principios como Ochetto, D'Alema y otros, a la dolorosa disolución del partido fundado por Gramsci y Togliatti. Degradándose paso a paso, el abandono de las tesis centrales del movimiento comunista internacional, cediendo terreno para ser aceptable por las grandes empresas, el PCI, que fue uno de los partidos obreros más importantes de Europa, con fuertes raíces populares y con una expresión electoral que superó del 30% de los votos, se convirtió sucesivamente en el PDS, la DS y finalmente el actual Partido Demócrata en ruptura completa y asumida con el pasado heroico de los Comunistas Italianos, diluido en una sopa fétida socialdemócrata que no desdeña incluir entre sus miembros uno de los partidos que en Israel está llevando a cabo la matanza atroz del pueblo palestino y apoya el régimen fascista golpista en Kiev.

Es triste y doloroso. Pero como la experiencia enseña incluso con las derrotas más amargas. Las fuerzas del progreso social no pueden detener la marcha de la historia hacia adelante. El movimiento obrero y los comunistas italianos, herederos de las tradiciones revolucionarias honorables, encontrarán su camino.